
Argentina y sus tres pilares: Buenos Aires, El Calafate e Iguazú
Buenos Aires, El Calafate con el Perito Moreno, e Iguazú son los vértices del triángulo mágico de mi viaje a Argentina. Un país en el que lo excesivo es virtud.
Buenos Aires, inmensidad urbana. Nada más llegar a la capital argentina me di cuenta de que todas mis sensaciones e impresiones eran buenas. Descubrí lo que esperaba: una gran ciudad, un centro cultural y vital de primer orden, que presume con razón de ser bella, vitalista, inolvidable… Y de carácter muy rico, muy variado.
El centro de Buenos Aires es pura Europa, pero a lo grande: lo comprobé al cruzar los ocho carriles —¡por sentido!— de la mítica avenida del 9 de Julio, y también al pasear por la avenida de Corrientes, repleta de teatros y librerías. Miraba a mi alrededor y saboreaba mi llegada a Argentina.
San Telmo, en cambio, es una vuelta al pasado y un paseo por la elegancia gracias a sus edificios coloniales, sus calles adoquinadas... Es un barrio que huele a tango (un buen lugar para disfrutarlo: La Esquina de Gardel).
Barrios exclusivos
Puerto Madero es la exclusividad, el dinero y el lujo. Esta antigua zona portuaria de Buenos Aires acumula yates, rascacielos y cantidad de restaurantes.
Y qué decir del barrio de Palermo, con sus parques y sus museos, hoteles elegantes o tiendas a la última. Su contraste es Boca y su estadio de fútbol que es casi un fetiche en Argentina, La Bombonera, y las coloridas fachadas de sus casas modestas. Y podría seguir, y seguir...
Perito Moreno
El Calafate, inmensidad blanca. Mi viaje hacia el sur de Argentina, hacia la Patagonia, se dividió entre el Calafate y el glaciar Perito Moreno. Es difícil, casi imposible, describir lo que se siente ante esta gran mole de hielo. El Perito Moreno comienza a divisarse a lo lejos, mientras aparecen alrededor icebergs que son el prolegómeno del encuentro con esta maravilla de la naturaleza en continuo movimiento.
Sin duda, lo que más me llamó la atención del Perito Moreno fue su sonido; parece que el glaciar está vivo, como si se resquebrajara continuamente. Pensé que no vería ningún desprendimiento, pero tuve una suerte inmensa.
Llegué en un barquito hasta una zona cercana a sus paredes cuando de repente, en medio del silencio, comenzó a escucharse algo que ganó intensidad hasta que un bloque inmenso de hielo se desprendió del glaciar Perito Moreno. Viví una situación increíble.
De hecho, recuerdo que a algunas de las personas con las que iba en el barco desde el Calafate se les saltaron las lágrimas de la emoción. Parecía que hubiera ocurrido a propósito.
Alguien pensará que, rodeados de hielo, el frío es insoportable, pero no es así. Obviamente, hay que ir abrigados, pero sin pasarse. Además, de vuelta en el Calafate, no es difícil entrar en calor si se hace lo que yo hice: dar buena cuenta de un riquísimo asado patagónico tradicional, un cordero asado verticalmente durante horas y que es lo mejor para reponer fuerzas.
Iguazú
Iguazú, inmensidad líquida. La tercera escala de mi viaje a Argentina me llevó al Norte, cerca del Hito Tres Fronteras, la punta en la que se unen los límites entre Argentina, Brasil y Paraguay.
Allí, en el Parque Nacional Iguazú están los 275 saltos de agua que conforman las cataratas del Iguazú, y que tiene dos caras: la argentina y la brasileña. Aunque todo impresiona, es la Boca del Diablo, la caída más alta, lo que te deja sin respiración. Eso, y el ruido atronador del agua mientras se precipita al vacío.
Procuro que todos mis diseños de viaje incluyan estímulos muy activos, que me hagan sentir de cerca el viaje, así que no dudé un segundo cuando me propusieron navegar hasta la isla de San Martín en una zodiac, llegar a la Garganta del Diablo a bordo del tren de las Cataratas, explorar la naturaleza del entorno en un todoterreno en busca de pumas, o mi preferido: contemplar desde un helicóptero el espectáculo de las cataratas del Iguazú. Argentina, un estimulante natural.

Nuestros viajeros
Conchi Mateos
Departamento de diseño de viajes (c.mateos@barceloviajes.com)
Como Asesora Barceló... Una de mis funciones es viajar por el mundo para conocer y descubrir de primera mano todos los detalles que después ofrezco al viajero cuando diseño un viaje para él: lugares, rutas, hoteles, restaurantes, estímulos...
El mejor asesoramiento. Ahora que conozco Argentina doy todo tipo de detalles de mi recorrido: Buenos Aires-El Calafate-Iguazú, pero no solo de lo que me gustó: también desaconsejo ciertas rutas o lugares para que el viajero se quede con un buen sabor de boca completo.
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