El masaje tailandés (Tailandia)

Todos los secretos de una técnica milenaria con beneficios para la mente, el cuerpo y el espíritu. Pero esta vez, en Tailandia.

por Clemente Corona

Triángulo de oro
Desde que pusimos un pie en nuestro destino descubrimos la amabilidad local, que sería una constante en todo nuestro viaje por Tailandia. El primer contacto fue con el Triángulo de Oro —históricamente la mayor zona productora de opio del mundo— y sus majestuosos templos de What Chedi Luang y de Doi Suthep, a las afueras de Chiang-Mai, la capital cultural. templos, palacios, religion, tradición, tailandia, Doi Sothep

Hecha la primera aproximación, que nos sirvió para imbuirnos de la paz que allí se respira, decidimos probar los masajes tailandeses. Repetimos en tres ocasiones en Chiang-Mai, así que no hace falta dar más explicaciones.

Ya con el cuerpo en su sitio optamos por remontar el río Mae Kok hasta el poblado de las mujeres jirafa, nacidas bajo el influjo de la luna llena, y acercarnos a varias tribus de las montañas de Tailandia como la Akha, característica por el colorido de sus trajes.

Bangkok
Un vuelo de 90 minutos nos llevó a Bangkok, la aldea de la ciruela silvestre. Pudimos visitar el templo Wat Arun y el Gran Palacio Real, donde cada año se celebran diversas ceremonias oficiales.

Conviene llevar falda o pantalón largo. De lo contrario te dan un delantal y, claro, las fotos lucen menos.

Imperdonable irse de allí sin ver el mercado flotante. Al principio parece un recorrido interesante, pero sin más. Sin embargo a mitad de trayecto comienza lo bueno, con infinidad de puestos en los que comprar de todo y comer muy rico. Como en el resto de Tailandia.

Bangkok es muy segura y puedes pasear tranquilamente incluso de noche. De hecho, hay zonas con mucha animación como el Night Market de Pat Pong, pero es recomendable acabar una jornada en el restaurante del hotel Lebua State Tower, a 65 pisos de altura.

Phuket
A pesar de conocer la cultura, la gastronomía y la historia de Tailandia, también teníamos claro que queríamos acabar el viaje de novios en la playa. Y qué mejor que Phuket, La perla del sur.

Es la isla más grande de Tailandia, con una superficie cubierta en su 70% por selvas y colinas, y playas de más de 10 km, como la de Mai Khao.

Palmeras, cocoteros, arena blanca, agua cristalina y un mundo submarino pintoresco convierten a Phuket en un paraíso para los deportistas náuticos. Puedes hacer de todo. Parecen dos Tailandias diferentes.

Lo habitual en Tailandia es alojarse cerca de Patong, centro comercial y turístico de la isla. Pero nosotros optamos por irnos al norte, al Anantara Villas, que tiene playas privadas.

Allí disfrutamos del relax y descanso que buscábamos y que solamente rompimos para visitar la isla tailandesa de Koh Tapu, más conocida como "la de James Bond" por la película El hombre de la pistola de oro.